RUMBO A LA JMJ – PANAMÁ 2019
TEMA GENERAL 2017
EL PODEROSO HA HECHO OBRAS GRANDES POR
MÍ
(Lc 1,49)
TEMA 1 (mes de
marzo): “LO QUE EL PODEROSO PUEDE EN MÍ”
1. OBJETIVOS
- Conocer, a la luz de la
Palabra, sustancialmente del cántico de María las actitudes fundamentales de la
Virgen – especialmente su actitud de gozo, alegría y humildad, que reconoce la
acción poderosa de Dios en ella.
- Provocar espacios
para la confrontación de su propia vocación y la gustación de Jesús en su vida,
a la luz del sí de María.
- Vibrar con la fuerza
del carisma que nos abre el camino de salida hacia la JMJ 2019.
2. METODOLOGÍA: Catequético, ver –
juzgar – actuar – revisar – celebrar
3. DESARROLLO DE LA
REUNION
3.1 VER (partimos de la experiencia)
·
DINAMICA: El poder del que habla el mundo y el
poder de Dios que canta María
·
PASOS:
-
Se forman grupos de 5 personas.
-
Se entrega a cada grupo algunas imágenes (pueden agregarse
otras donde se observe: el poder que viene de Dios vs el poder del mundo).















-
Se les pide que respondan a las siguiente preguntas (u otras
parecidas):
¿Qué sentimientos suscita
las imágenes observadas? ¿Qué parte de mi cuerpo entra en sintonía con lo que
veo (mis ojos, mi corazón, mi cabeza, mis manos, mi vientre, mi estómago)? ¿Me
gustaría tener algo o ser alguno de los personajes que allí veo? ¿Qué abismo o
contraposición observo? ¿Cuáles son las dos fuerzas que se contraponen en los
dibujos observados? ¿Qué cosas priorizo en mi vida? ¿En qué lugar me sitúo o
con qué cosas o personajes “convivo” en la vida cotidiana? ¿Qué tipo de poder
dejo entrar en mi vida? ¿Es la fragilidad, el servicio, la pobreza una
debilidad, esclavitud o ausencia de poder?
-
Cada grupo puede disponer de un papelote
para que escriban los resultados de su reflexión, sin embargo, la forma de
socializarlo puede ser también con un dibujo, una frase, un símbolo, un gesto,
etc.
- La persona
responsable hace una síntesis final sin juzgar las respuestas, sino solo una
confirmación de lo escuchado.
3.2 JUZGAR (buscamos luz sobre
el tema)
·
LECTURA: "LA ANUNCIACION"
(La lectura se puede
acompañar con música de fondo y con diapositivas. También se puede
escenificar). N = Narrador M
= María A
= Ángel
N: En aquel tiempo Dios envió al
ángel Gabriel a una joven virgen que vivía en una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, y que era prometida de José, de la familia de David. Entró el ángel a
su casa y le dijo:
A: Alégrate tú, la Amada y Favorecida; el Señor está contigo.
N: Estas palabras la impresionaron muchísimo y se preguntaba
qué querría decir ese saludo.
Pero
el ángel le dijo:
A: No temas, María,
porque has encontrado el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo, al que
pondrás el nombre de Jesús. Será grande,
y con razón lo llamarán: Hijo del Altísimo. Dios le dará el trono de David, su
antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reinado no terminará
jamás.
N: María entonces dijo al ángel:
M: ¿Cómo podré ser
madre si no tengo relación con ningún hombre?
N: Contestó el ángel:
A: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el
Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso tu hijo será Santo y con
razón lo llamarán Hijo de Dios.
N: Entonces dijo María:
M: Yo soy la servidora
del Señor; que haga en mí lo que has dicho.
N: Después de estas palabras el ángel se retiró de su
presencia.
·
CHARLA: “El poder del Altísimo
cubrirá tu fragilidad”
-
María fue una muchacha de su tiempo. Llevó, sin duda, la
vida normal de una joven israelita, en el seno de una familia creyente, según
los usos y costumbres de su época. Creció con las ilusiones lógicas de su edad
y compartió la esperanza de su pueblo en las promesas de Dios.
-
María era todavía una jovencita cuando Dios le propone la noble
misión de ser la Madre del Salvador. Dios, de esta manera, irrumpe en la vida
de María cuando ella es joven, cuando apenas empieza a abrirse al mundo,
cuando su corazón está lleno de ilusiones, de proyectos y de ideales grandes.
-
María responde al Ángel “como puede ser esto…?” Es decir,
reconoce que nada puede hacer por sí misma, que todo es posible solo con la
intervención de Dios. María sabe que humanamente es frágil como para hacer
maravillas en ella. Por eso, con actitud humilde y confiada, dice “Eh aquí la
esclava, la sierva del Señor, hágase en mí según lo que has dicho”. Es como si
dijera: “haz lo que tú quieras, porque tú solo eres el Santo, tú solo eres
Dios, el Altísimo y de ti no procede nada malo. De ti todo es bueno porque eres
amigo de la vida, amigo de tus creaturas… Tú todo lo puedes, porque eres
Poderoso. Y solamente en ti y contigo yo también podré”.
-
María, reconociendo que todo viene de Dios para bien de lo
que lo aman (cf. Rom 8,28), pone su propio barro, su tierra humilde, su humus, toda ella, en las manos de Dios.
-
Y así, María se entrega generosamente al plan de Dios. Le
dice "SI". Firma en blanco para el Dios sorprendente que le va a
llevar por caminos insospechados y nuevos.
-
Junto a Dios que la llama a servir en su proyecto, descubre
su propia vocación y canta agradecida, llena de alegría y gozo la fuerza tierna
de Dios que la acompañará todos los días de su vida.
-
María con su respuesta pone de manifiesto una gran capacidad
de fe, de confianza, de entrega y disponibilidad. Pero también muestra su
ESPIRITU JOVEN por aceptar el compromiso arriesgado, por su apertura a lo nuevo
y por su corazón grande.
-
María teme, pero confía, cree, espera. Con Dios las cosas
pueden cambiar. Ella espera la liberación para su pueblo Israel, pero sabe que
nada podrá sino solo con el poder del Altísimo. Su corazón joven está lleno de
ilusiones por transformar su entorno. Sabe que Dios puede revolucionar la
historia, pero no sabe el momento. Por eso espera confiada. Y cuando descubre
que es con Ella, la joven María, que revolucionará la historia, canta
agradecida la fuerza de Dios en su pequeñez… El poder del mundo es nada frente
al amor redentor de Dios que puede todo en los pobres de espíritu, en los que
trabajan por la paz, en los hambrientos de justicia, en los mansos, los
perseguidos, etc. (cf. Mt 5,3-12)
-
El Papa en Cracovia, durante la apertura de la última
JMJ, preguntaba insistentemente a los/as jóvenes: «¿Las cosas se pueden
cambiar?». Y ellos gritaban a una voz «¡sí!». Nos dice Francisco: “Ese grito
nace de un corazón joven que no soporta la injusticia y no puede doblegarse a
la cultura del descarte, ni ceder ante la globalización de la indiferencia.
¡Escuchad ese grito que sale de lo más íntimo! También cuando advirtáis, como
el profeta Jeremías, la inexperiencia de vuestra corta edad, Dios os anima a ir
donde Él os envía: «No les tengas miedo, que contigo estoy para salvarte»
(Jer 1,8)”[1].
-
Lo mismo sucedió con María, el Ángel le dijo: “No
temas María… el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”. Es decir, nada de
lo tuyo es ajeno a Dios. En Él, el que confía está arropado por la gracia de
Dios que todo lo puede, que todo lo penetra, que todo lo inunda para sacar de
nuestro barro la más bella obra.
- Necesitamos arrancar de nosotros
las falsas seguridades, los poderes mundanos que no nos dan la felicidad
ni nos llevan a ofrecer la alegría de vivir. Tenemos que reconocer también,
como María, que nada podemos sin Dios. Somos invitados por ella, a gritar a
Dios humildemente, “ven a mi barro pobre y frágil porque sin ti nada es
posible”.
- Hay más alegría en dar que en recibir (Hech 20,35). Como María,
tendríamos que arriesgarnos a aceptar la propuesta de Dios… De Él todo lo que
viene es bueno. Solo nos pedirá un granito de lo nuestro para que Él haga cosas
grandes en nosotros/as y por medio de nosotros/as a la humanidad
- El Beato Juan Zegrí como María, humildemente deja todo en las manos de
Dios, y Dios, viendo la donación total de su vida, hace de él un canal de
caridad, de amor por lo más pobres y necesitados… Él que nada podía solo,
habiendo descubierto su vocación, movido por Dios y confiado en Dios funda una
congregación para que continué mostrando al mundo de dónde viene el verdadero
poder. El poder de Dios no roba, no le quita el pan a los pobres, no insulta ni
es tacaño, no piensa para sí. El verdadero poder sirve, ama, piensa en todos y
quiere que todos se salven (cf. 1Cor 13).
- Solo Dios puede todo en María, solo Dios puede todo en el Padre Zegrí,
solo Dios puede todo en mí. Basta con dejar nuestra tierra humilde en sus manos
para que el poderoso haga en mí.
- Para ello necesitamos aprender de María muchas de sus actitudes, pero en
especial pensemos en esto:
§ María aparece en los evangelios como una mujer que medita y profundiza
los acontecimientos para descubrir en ellos la luz de la Palabra de Dios. Hoy
el mundo necesita personas contemplativas que, a la luz de la fe, mediten la
presencia de Dios en nuestra historia.
§ El "SI" de María en la Anunciación es un "SI"
generoso y total que no sabe de tacañerías, limitaciones y condiciones... María
estuvo siempre de parte de Dios, al servicio de su acción en el mundo. Ella es
modelo de disponibilidad absoluta al amor de Dios y a lo que Él nos pide para
la construcción del Reino en nuestra sociedad.
§ María tiene la experiencia vital de su pobreza, indigencia y necesidad
de la intervención salvadora de Dios. Ella es la primera entre los humildes y
olvidados de la tierra. Ésta es una condición primera para que se manifieste en
ella el poder de Dios.
§ María, en el canto del “Magnificat” (Lc 1,46-55), proclama con alegría que
Dios ayuda a los humildes y cambia la situación de injusticia, de opresión y
de privilegio que tratan de mantener los poderosos para su propio provecho.
§ María es signo de liberación para todos nosotros. Como ella, podemos
aspirar a nuestra propia y total liberación del mal, del pecado y de las
esclavitudes o situaciones injustas, contando con la ayuda de Dios.
3.3 ACTUAR (nos comprometemos)
- María comprende a los
jóvenes. Ella fue una mujer que vivió plenamente la etapa de su juventud,
compartió las ilusiones de los jóvenes de su tiempo y acompañó atentamente la
adolescencia y juventud de su Hijo, Jesucristo.
- En María aparecen
bien definidos los rasgos propios de la juventud de todo tiempo: generosidad,
entrega, compromiso arriesgado, ilusión, disponibilidad, apertura a lo nuevo,
audacia... Todo un ejemplo de cómo ser joven cristiano/a en el mundo actual.
- Si María fuera
periodista, azafata, peluquera, campesina, enfermera, profesora, alcaldesa,
presentadora de televisión, diputada, guardia de tráfico, mujer de su casa...
Figúrate y describe su posible manera de pensar, de enfocar su profesión y la
manera concreta de encarnarla.
-
¿Puedes confrontar tu vida con la
de María y llegar a una decisión que no solo te comprometa sino que empeñe tu
propia vida?
3.4 REVISAR (Lo que hemos
aprendido)
-
¿Hay algo que ha tocado de manera
especial mi corazón?
-
Si te pasa lo mismo que a María,
responderías ¡sí¡. ¿Cuáles son tus temores?
-
¿Qué cosa he aprendido del tema
hoy?
3.5 CELEBRAR (Sintonicemos con el
corazón de María, que es el corazón de la Iglesia que reza)
- Podemos entronizar un cuadro o imagen
de la Virgen y un cirio encendido.
- Cada uno de los jóvenes enciende una
vela tomando el juego del cirio y depositándolo ante la imagen de la Virgen lee
su compromiso.
-
Después de pasar todos, juntos
leen la siguiente oración
María: Admiramos tu ser joven y
entregado;
las cosas no te resultaron nada
fáciles,
se te pidió un compromiso duro,
una entrega total;
fuiste la respuesta adecuada, la
que agradó a Dios.
Te pedimos ayuda para toda la
juventud;
ser joven de verdad es difícil
siempre, más aún hoy.
Las ilusiones se pierden en un
mundo de desencanto,
los ideales se queman por la
inoperancia y la comodidad;
la generosidad, la entrega, la
disponibilidad, no se valoran
en esta sociedad egoísta,
calculadora y materialista.
Comunica tu fortaleza y honradez
a los jóvenes;
tu amor, grande y fiel, que todo
lo superó.
Madre de la juventud, comparte a
su lado el esfuerzo
de tantos que buscan respuestas
en Jesús.
Ahuyenta de nosotros, el deseo
de controlarlo todo.
Arranca de nuestro corazón las
falsas seguridades.
Ayúdanos a comprender que el
verdadero poder viene de servir.
Danos un corazón humilde para
comprender que nada podemos sin Dios.
Y canta junto a nosotros la
alegría de seguir amar, conocer y seguir a Jesús.
[1] Carta del Papa con ocasión de
la presentación del ‘Documento Preparatorio’ de la XV Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos, 13/01/17.
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